“La organización irracional del mundo” Crítica: Cosmos, Andrzej Zulawski, 2015
- Ángela C.
- 15 jul 2017
- 2 Min. de lectura

Cosmos es una adaptación libre de la novela homónima del Witold Gombrowicz, donde dos amigos visitan una casa de huéspedes para pasar unas vacaciones, allí ocurren sucesos extraños, descubren misteriosas señales que se mezclan con el mismo disparate del filme.
Zulawski crea un universo del absurdo a través de una variedad de personajes que están llenos de particularidades. En la película resaltan las actuaciones que tienden hacia lo teatral más que hacia lo cinematográfico y en gran parte de sus escenas se pueden encontrar más de tres actores en escena interpretando personalidades sumamente incoherentes, llevando al espectador a normalizar la propuesta irracional.
A pesar de estar llena de incoherencias, siendo un filme que tiende hacia un particular surrealismo cuando se acepta no cuestionar las situaciones extrañas que continúan sucediendo, no solo en escena sino en la película en sí, es notable la dirección, cuando tantos personajes, aún interpretando tantas situaciones inconexas, se permiten generar secuencias que aunque intentan desafiar el relato cinematográfico, siguen siendo parte de una cinta que hasta en sus elementos del lenguaje cinematográfico narran el absurdo, desde el inicio se ven encuadres en diagonal y planos poco convencionales, es notable que hay movimientos de cámara que se alejan de un cine tradicional y dan señales de que no se puede esperar que surja algún orden coherente durante el filme. De igual forma el montaje apoya la intención con saltos que le hacen notar al espectador que son parte del relato, que hubo alguien manipulando la obra.
Es entonces una muestra de narrativa de cine contemporáneo, donde incluso los créditos buscan involucrar al espectador mostrando el proceso de realización, volviéndose estos también parte del relato sinsentido de la película. Termina siendo confuso hasta qué punto estos créditos son parte de la película como unidad narrativa o en realidad la intención sí es mostrarle al espectador ese detrás de cámaras. Resulta curioso cuando se le presta atención a las imágenes que se ven en el televisor del particular comedor donde suceden muchas de las escenas, allí un televisor siempre encendido, al que todos los personajes ignoran, muestra imágenes sobre la situación política y social en el mundo, como videos de anuncios de tipo grupos terroristas o imágenes de niños somalíes desnutridos, siendo una manera de crítica hacia la sociedad actual, donde se viven situaciones sociales fuertes que se mediatizan y el ciudadano lo normaliza a tal punto de ignorar.
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