“Poesía en la guerra” Crítica: The Red Thin Line. Terrence Malick, 1999.
- Ángela C.
- 27 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Durante años he sido seguidora del cine con temática bélica, sobre todo cuando va más allá de patriotismos y se enfoca en el sentir del hombre y sus cambios en estos espacios desafortunados en los que terminan convertidos en otros seres, generalmente jóvenes destrozados emocionalmente con una desazón eterna por la vida. Es así como llego a La Delgada Línea Roja, una película que no solo me sorprende por su fondo sino por sus formas y es que además de tocar las temáticas mas interesantes de un filme de guerra, lo hace con una habilidad para narrar con una sensibilidad excepcional.
Y es que el genio de Terrence Malick no es cuestionable, pero al ver esta obra es inevitable no tratar de descifrar cómo lo logra. El filme es fiel a su estética cinematográfica que busca ser contemplativa y con fotogramas y movimientos de cámara ralentizados que exaltan la belleza y es que este director, y a la vez guionista, plasma la guerra, que ya de por sí es agresiva, con una poética que hace que el espectador la perciba sin perder los nervios. Pues además de la fotografía son los espacios donde se rodó, no solo se conforma con mostrar playas paradisiacas sino ríos y bosques subtropicales que contrastan con el conflicto, el montaje se da espacio para planos de animales que enternecen y generan un equilibrio entre la carga emocional que enfrentan los soldados con la tranquilidad de estos seres.

“Tanta sangre hace que algo cambie en tu interior, por la suciedad y el ruido”
El guion está basado en la obra de James Jones y aunque la base de la narración es un relato de guerra en la II Guerra Mundial, es apremiante hablar de sus diálogos en los que los soldados se convierten en poetas a través reflexiones incisivas y profundas, pues hablan del dolor humano, de sus estados de ánimo, de la insensibilidad a la que se llega cuando se ha estado tan cerca de la muerte con ideas tan intensas y profundas que tocan todo tipo de sensibilidades.
Justamente es esta la gran hazaña del filme, tiene la capacidad de mezclar la guerra con la poesía y en sí es una obra perfecta por donde se le mire, su fotografía, su música, su casting que no deja darle protagonismos a quienes suelen figuras principales en sus filmes, (Jim Caviezel, Sean Penn, Nick Nolte, John Cusack, Adrien Brody, John Travolta), su escenografía y cada detalle forman una pieza completa. Es una película que en medio de un crudo enfrentamiento nos hace un paralelo entre la insensibilidad de un soldado experimentado y otro que aún logra ver la chispa en los otros y apreciar la belleza humana.
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